dissabte, 31 d’octubre del 2009

Un post de terceraopinion.net (de fà 15 dies...)

No es país para honrados

Imagen de un hombre entrando en un hospital en camilla

Que en España haya tramas como la Gürtel no debería extrañar ya a nadie, pues los políticos no son más que el reflejo de la sociedad a la que representan. El problema es que siempre se nos olvida que somos un país de chorizos, pasotas y maleducados. Y claro, en un país así es imposible “fabricar” políticos mejores.

Y es que entre esos españoles que piden la dimisión de los políticos corruptos, están los que si pueden defraudar a Hacienda lo hacen, y además presumen de ello porque saben que serán aplaudidos. Están también los que si se pueden colar en el tren o en el cine, se cuelan; los que si pueden robar algo de ropa en Zara, lo roban; los que si pueden hacer un sinpa en un restaurante, lo hacen; los que ponen una manzana de más después de haber pesado la bolsa de la fruta; los que cuando viene el fontanero o el electricista no quieren factura para ahorrarse el IVA…

Son los mismos que tiran la basura en el contenedor por la mañana, los que vacían el cenicero del coche en el asfalto, los que roban un paraguas porque alguien les ha quitado el suyo, los que pasean al perro y dejan la mierda en la acera, los que aparcan en doble fila para tomar un café o los que se quejan del precio de los pisos pero no dudaron en pagar unos euretes en negro cuando compraron el suyo.

España es también ese país en el que cuando un profesor castiga a un chaval, va el padre y amenaza al docente. Un país que aprovecha el Plan E para repavimentar las calles ya pavimentadas recientemente. Un país en el que, cuando el gobierno ofrece una ayuda de 200 € para los alquileres, éstos suben por arte de birlibirloque unos 150 €.

Y claro, después nos sorprende que los políticos trinquen dinero, farden de coches, tengan amigos jueces que les salven el pellejo o pasen de ir al trabajo. No olvide que la única diferencia entre un político y usted es que a él, si lo pillan robando, le obligan a dimitir pero jamás a devolver el dinero. Usted, en cambio, va a la cárcel.

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P.D.: La foto que encabeza el post fue tomada en el 2007. Como pueden observar fue tomada a escondidas, y es que esa camilla llevaba algo mucho más importante que un ser humano, llevaba el honor de toda una nación.

En esa camilla iba el ministro de Agricultura, Bosques y Pesca nipón, Toshikatsu Matsuoka, que se ahorcó tras verse inmerso en un escándalo por supuesta corrupción y malversación de fondos públicos. Como ven, allí lo de honorable tiene otro significado.

P.D.2: Evidentemente, aunque haya escrito el artículo en tercera persona, yo también pertenezco a esta sociedad española.

Aprovecho para agradecerles sus visitas y comentarios, pues sin ustedes este blog no tendría ningún sentido. Un gran abrazo.

2 comentaris:

Clidice ha dit...

Totalment d'acord, que tots plegats som especialistes en estripar-nos les vestidures sempre que siguin els altres els dolents de la pel·lícula.

pratinsky ha dit...

Clidice, entre Italia i el Japó hi hà un "mega" terme mig, però el nostre hortet s'hà enrocat en un "defendella y no enmendalla" que jà és fastigós.