Su larga amistad con el senador y ex Presidente Eduardo Frei no fue impedimento para que el otrora jefe de Estado español, José María Aznar, demostrara, durante esta visita a Chile, que la cercanía personal no tiene un paralelo con la afinidad ideológica.
Así, Aznar -considerado un referente del conservadurismo internacional, reconocido por respaldar la intervención militar estadounidense en Irak y defensor del despliegue israelí en la Franja de Gaza- se la jugó por la opción presidencial del millonario inversionista, Sebastián Piñera, con quien se reunió ayer en la Fundación Futuro y a quien conminó la noche del lunes, en una cena de camaradería, a triunfar en las elecciones de diciembre.
Las actividades que desplegó Aznar en el país fueron coordinadas por el líder de la derechista Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA), el senador UDI Jovino Novoa.
De ahí que, en todos los eventos, la asistencia de dirigentes de la oposición chilena fuera la tónica, ello a pesar de que el ex jefe del Gobierno español fue líder del Partido Popular, tienda que integra la Internacional Demócrata Cristiana (IDC), de la que también forma parte la falange chilena.
Sin embargo, la DC nacional es un caso extraño en el mundo, donde el partido humanista cristiano se asocia con coaliciones de centro derecha, por ende, el que Aznar tenga mayor sintonía con la Alianza y con el postulante de este bloque, no causó asombro en la colectividad oficialista.
Desde la DC, el timonel Juan Carlos Latorre aseveró que para su conglomerado "es absolutamente indiferente la visita del señor Aznar a nuestro país. Nosotros nunca tuvimos conciencia de una agenda del señor Aznar en Chile, no es un tema para nosotros".
En contraste, en la oposición el sumar a Aznar -que perdió el poder tras los atentados del 11 de marzo de 2004 en Atocha- es considerado un logro, en especial porque el establecer nexos con el PP español ha sido un objetivo permanente del gremialismo, que incluso adoptó su eslogan teniendo como paradigma a este conglomerado, "UDI, el partido popular".
La historia también une a ambos partidos, dado que el PP es considerado el heredero natural del franquismo mientras que la UDI nació al alero de la dictadura pinochetista.
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